Geología del Departamento de Boquerón
Cenozoico
Fuente: Geología del Paraguay - Proyecto PAR 86 - Texto Explicativo
El Cenozoico en el Paraguay está marcado por amplia movimentcación vertical con sedimentación de fanglomerados y volcanismo en la región oriental y la conformación final de la Cuenca del Chaco, iniciado a fines del Cretácico, como una nueva unidad geotectónica en la región occidental. No obstante la reactivación Cenozoica de la separación continental con reflejos de carácter "rift" en las cuencas sedimentarias en el interior de la América del Sur. Creemos aquí que las fases tecto-orogénicas, asociadas a la configuración de los Andes, tuvieron una parte importante en el desarrollo de los eventos geológicos con éstas edades en el Paraguay.
Gómez Duarte (1986) menciona cuatro facies tecto-orogénicas como responsables de la formación de los Andes modernos:
a) Orogenia Laramideana (80 - 105 m.a.)
b) Oligoceno y Mioceno
c) Orogenia Andina o Quichua: Plioceno
d) Pleistoceno: con la configuración actual de la cordillera.
Teruggi (1970 in Gómez Duarte, 1986) manifiesta que al comenzar el ciclo tectónico andino (principios del Terciario), a lo largo de sus distintas fases, la región paraguaya mesopotámica (Argentina) sufrió una serie de repercusiones que reactivaron los movimientos verticales y al hacer descender la Cuenca Chaqueña, provocaron finalmente, en el Mioceno Superior, la ingresión del llamado mar Entrerriano, que inundó el Norte de la Provincia de Buenos Aires, parte oriental de Entre Ríos, porción oriental de Corrientes y parte del Chaco.
Gómez Duarte (1986) menciona que los sedimentos depositados en esta cuenca deben ser considerados teniendo en cuenta un ambiente confinado, dando depósitos lacustres, deltaicos y palustres y que este mar habría sido de poca profundidad. Al contrario de esto, debe ser considerado que este mar, según la explicación del párrafo anterior, tenia una ligación Sur, al paso que los afloramientos de la unidad de edad Terciaria (Formación Chaco) están situadas en el Norte del Paraguay Occidental. No obstante, existe poca información de perforaciones en el centro y Sur del Paraguay Occidental y el relleno sedimentario, del Terciario Superior y Cuaternario, en esta área, puede ocasionar dificultad para observarse esta unión.
La estratigrafía del Paraguay en el Cenozoico, presentada en este trabajo, es tentativa, especialmente para la región chaqueña. En relación a las edades y a la situación de las unidades en la columna estratigráfica, están relativamente bien definidas.
Esta formación aflora en el norte del Paraguay Occidental, abarcando un área de 35.800 km2. La denominación "Sedimentos del Chaco" aparece con Eckel (1959), que atribuyó a esta unidad una edad Terciaria/Cuaternaria.
Los únicos accidentes geográficos que emergen de la gran planicie chaqueña son Cerro León, Serranía de San Alfredo y Cerro Cabrera, en el norte, y contados afloramientos junto al río Paraguay. El relieve, salvo suaves ondulaciones, está tipificado por la nivelación general (planicie), con pendiente regional muy suave hacia el E. Fuera de los accidentes topográficos mencionados anteriormente, se resalta la región de médanos al Oeste con relieve suave ondulado. (Lemos, 1983).
Gómez Duarte (1986) menciona que los sedimentos depositados en la Cuenca del Chaco en esta época, deben ser considerados teniendo en cuenta un ambiente confinado dando depósitos lacustres, deltaicos y palustres y que el mar o la expansión norte del mar entrerriano (Mioceno superior), habría sido de poca profundidad de las aguas. El ambiente restringido y la evaporación atribuyeron, en gran manera, a la ocurrencia de evaporitas.
Según el mismo autor, en la parte basal de esta unidad, se presentan arcillas y limos grises con concresiones y lentes de yeso. Arenas finas, limos y arcillas pardo rojizas suprayacen a la anterior en forma concordante y constituyen lo que podría considerarse como Chaco inferior. Una secuencia más arcillosa que la anterior, se desarrolla cubriéndola y, al parecer es el techo de las unidades del Terciario.
La observación del espesor de la unidad considerada como la edad Terciaria, en la cuenca del Chaco, muestra un significativo aumento en dirección sur. En los pozos de Toro 1, Mendoza y Madrejón, el Terciario está descrito con un espesor de 105, 386 y 137 metros, respectivamente. En la parte central del área, las perforaciones Santa Rosa, La Paz y López, acusan 906, 610 y 1.512 metros para los sedimentos del Terciario. Más al sur, los pozos Pirizal y Berta describen 2.869 y 3.249 metros para esta unidad.
En la actualidad, la sedimentación y erosión de ambientes fluviales y eólicos, representan la tranquilidad de la Cuenca (Gómez Duarte, 1986). Según Lemos (1983) los dos aspectos geomorfológicos importantes del área son:
a) la presencia simultánea de cauces estrechos y profundos (antiguos) que concentran agua en unos pocos meses del año;
b) valles incipientes (modernos) que conservan algo de humedad superficial hacia el período seco.
En la región de médanos y mantos hay una predominancia de suelos de granulometría arenosa. Los procesos eólicos han predominado en la formación de la topografía local, que es suavemente ondulada a ondulada en el sector medanoso. Entre las líneas de médanos se localizan mantos arenosos de relieve plano a ligeramente ondulado (Lemos, 1983).
Según el mismo autor, la fotointerpretación esquemática del área indica un pequeño sector noroccidental, en que habría materiales calcáreos aflorantes y/o a escasa profundidad, formando una cresta que termina en Cerro León. Al Nordeste, el área se caracteriza por presentar un modelado fluvial que no está orientado en sentido E-W, como ocurre en todo el Chaco, sino SW-NE. Este hecho, fue verificado en el presente trabajo como un prolongamiento de la dirección estructural del Alto de Boquerón (Figura 1). Lemos (1983) menciona aún, que otra característica importante de esta parte Noreste de la región, al Noreste de la Formación Chaco, es la presencia de médanos con algunos afloramientos de calcáreo. Existe también presencia de dunas estabilizadas.
Es una de las tres unidades estratigráficas del Cenozoico del Paraguay Occidental, abarcando un área de 93.250 km2. Existe escasa información geológica sobre el área, aunque sí, algunas observaciones sobre la geomorfología y suelos de la región, en el trabajo de Lemos (1983). Superficialmente se caracteriza por una red de drenaje actualmente iniciada y colmatadas con materiales de granulometría más gruesa (arena).
La consecuencia morfológica de la alta densidad de paleocauces colmatados, es un modelado superficial compuesto por una asociación de unidades de paisaje, entre los que predominan los interfluvios relictuales de la planicie antigua y los paleocauces.
Los suelos de los interfluvios son de textura media con horizontes sub superficiales, que poseen a veces texturas finas. Las sales están frecuentemente presentes en estos suelos que sustentan una vegetación xenofítica. En los paleocauces colmatados, la granulometría más gruesa del suelo o cubierta superficial, favorece los procesos de drenaje profundo.
En la zona central del Chaco, donde predominan paleocauces colmatados, vuelven a aparecer suelos de textura arenosa (regosoles eútricos), que debido a la alta macroporosidad y permeabilidad han facilitado la lixiviación profunda de las sales solubles, determinando la ausencia de salinidad en los perfiles, lo que hacen que los suelos sean cultivados en la región.
En la región Centro Oeste existe predominancia de suelos bien desarrollados, con un horizonte de acumulación de arcilla. Las sales solubles suelen presentar concentraciones considerables en esos suelos, sobre todo en el área que presenta diseño fluvial vinculado acrecientes del río Pilcomayo.
Existe en el Paraguay Occidental, asociado a la red de drenaje de los ríos Pilcomayo y Paraguay, abarcando un área de 100.547 km2. Está constituido por las planicies de inundación de los dos ríos.
La planicie de inundación del río Paraguay constituye una faja de orientación N-S, que está sometida a inundaciones de las crecientes estacionales del río Paraguay.
Desde el punto de vista geomórfico, es una planicie de inundación de áreas planas. La formación de su paisaje es originado por cambios morfológicos locales, debido que el curso del río es meandroso y con lagunas en meandros abandonados (Lemos, 1983).
Según el mismo Autor, la planicie de inundación del río Pilcomayo presenta una variabilidad edáfica fitofisiográfica relativamente grande. Ello se debe a la multiplicidad de hechos fluviomorfológicos vinculados al área de divagación del río Pilcomayo y a las acciones geomórficas sobre áreas afectadas por las crecientes. Las aguas de las crecientes del río Pilcomayo, los escurrimientos superficiales difusos y los cauces con concentración de crecientes, se combinan en acciones sucesivas de erosión y sedimentación. El río Pilcomayo trasporta considerable volumen de sedimentos provenientes de erosiones en territorio boliviano. Estos sedimentos son gradual y selectivamente depositados durante las crecientes. En crecientes posteriores estos sedimentos son parcialmente transportados, verificándose procesos locales de resedimentación. Vinculados a áreas relictuales no afectados por las crecientes, hay suelos calcáreos entre otros tipos. Con excepción de los regosoles, los suelos tienden a ser salinos.