Suplemento Económico – Asunción, domingo 10 de abril de 1994.

Dr. Geol. Juan H. Palmieri.
_______________________________________________________________________________________________

La Alternativa de los Recursos Minerales y Energéticos

Según informaciones que poseemos, el sector eléctrico involucra una fuerza laboral de 100.000 personas, y la importación de petróleo y derivados implica una exportación de divisas de cerca de US$ 140.000.000 (alrededor del 10 por ciento del valor de importaciones totales). Por otro lado, el gasto con el consumo energético en el país, representa también alrededor del 10 por ciento del producto interno bruto. En cuanto a regalías y compensaciones, se perciben más de US$ 80.000.000 anualmente. En la explotación minera e industrias subsidiarias (cemento, agrominerales, canteras de piedra, cerámica, rocas ornamentales, etc.) se manejan sumas que rondan los US$ 60.000.000 anuales.

En breve introducción es importante para ubicarnos en ambos sectores donde las cifras mencionadas superan fácilmente los US$ 280.000.000, o sea, el 20 por ciento de nuestra deuda externa. Además de lo expuesto, siendo el Estado la organización jurídico política entre cuyos fines básicos se mencionan el bienestar general y el desarrollo integral nacional, llegamos al punto central de este artículo: la alternativa de los recursos minerales y energéticos para diversificar la producción e impulsar el desarrollo.

El mundo moderno, donde la tecnología y la ciencia han ocupado un lugar muy destacado en la vida cotidiana del ser humano, en la realización de sus actividades productivas como en la búsqueda de su confort, requiere cada vez más de un uso racional y eficiente de la energía. Esta constituye, hoy en día, el insumo fundamental para lo que los más avanzados consideran bienestar y desarrollo sustentable.
Se debe enfatizar producción de bienes industrializados con programas nacionales.  
Por otra parte, los ricos recursos minerales no metálicos de nuestro suelo conforman excelente materia prima para la industria y la construcción. Por lo tanto, ambos constituyen uno de los principales pilares del desarrollo económico de un país como el Paraguay, que tiene ambas cosas.

Necesitamos, por lo tanto, dar un fuerte impulso a los programas nacionales de uso de energía y de industrialización de los recursos minerales no metálicos, con el objetivo de deflagrar una mudanza en el modelo económico nacional actual, enfatizando la producción de bienes industrializados, por un lado, y modernizando la producción agrícola, por otro. De esta manera estaríamos preparando a nuestro país para el ingreso efectivo en los bloques económicos internacionales, como, por ejemplo, el Mercosur.

¿Cómo el Estado debería instrumentalizar los recursos energéticos y minerales? Una posibilidad sería que el Estado asumiese todas las actividades concernientes a la explotación de esos recursos: producción, transporte, distribución, comercialización, normalización, regulación y planificación; es decir, que el Estado ejerciese las funciones reguladoras y empresariales de los sectores minero-energéticos. Este procedimiento caracterizaría una participación monopólica del Estado. Por la experiencia, en los países de América Latina especialmente, no ha dado buenos resultados. No es recomendable. Una segunda posibilidad sería aquella en que el Estado asumiese solamente las actividades reguladoras, dejando las actividades empresariales a disposición del capital de riesgo, exceptuando por el momento a aquellas empresas que no son deficitarias.

Para esta segunda posibilidad se deberán definir las políticas en ambos sectores, así como fortalecer las funciones reguladoras y de coordinación. Quizás esté llegando el momento de la creación del Ministerio de Minas y Energía.


Dr. Juan H. Palmieri | Geología del Paraguay | Petróleo en Paraguay | Minería del Paraguay